miércoles, 31 de julio de 2013

EL DISPOSITIVO GRUPAL EN LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO - Nerina Zanoni -

EL DISPOSITIVO GRUPAL EN LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO


“La violencia contra las mujeres es la manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre los hombres y las mujeres, que han llevado a la dominación y a la discriminación contra las mujeres hecha por los hombres y a la evitación del completo avance de las mujeres”  (Resolución Asamblea de ONU, diciembre de 1993)

 

 

La OMS señala que la violencia de género alcanzó proporciones epidémicas, y sin embargo, aún no existen registros y estadísticas precisas que den cuenta de los números detrás de esa violencia. Las cifras crecen, invisibles, en muchos espacios de la sociedad. Por eso, es preciso destacar las manos que trabajan en la prevención y tratamiento de la violencia de género, aquellas que ayudan a visibilizar esta realidad dolorosa que viven muchas hijas del patriarcado.

 

No es menos llamativo que cuando hablamos de “violencia de género” lo asociemos automáticamente con la violencia ejercida sobre las mujeres. Incluso cuando el término nos habla respecto de la violencia ejercida sobre cualquier persona debido a su sexo o género, nada indicaría que es estrictamente violencia sobre la mujer. Son entonces los números invisibles los que ponen de manifiesto algo que todos saben, pero pocos hablan.

La violencia ejercida sobre las mujeres es mayor que la ejercida sobre los hombres. En tanto, de la mano de muchos actores sociales dedicados a la erradicación de todo tipo de violencia contra la mujer, los datos y estadísticas comienzan a aparecer, la violencia contra la mujer comienza a ponerse en palabras posibilitando una de-construcción y nueva construcción sobre la gravedad y existencia de una problemática a la que es preciso nombrar y desnaturalizar para trazar líneas de acción y elaboración.

La violencia de género es un problema social y político que requiere de un tratamiento integral por parte del Estado. En esa lucha hacia un cambio, muchos organismos trabajan para instalar nuevos dispositivos sociales y mitigar los efectos de la violencia contra la mujer.

SECUELAS PSICOSOCIALES DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Las secuelas de la violencia de género son muchas y variadas. Y van desde el plano físico al plano psicológico, impactando severamente en la vida cotidiana de cada una de estas mujeres y de sus familias. En ese sentido, un enfoque novedoso propone abordar las secuelas psico-sociales que sufren las víctimas. Entre ellas, se pueden mencionar:

  • Deterioro de lazos vinculares.
  • Sentimiento de vergüenza y culpabilidad, que devienen en alienación social obstruyendo la posibilidad de vínculos con los otros sociales.
  • Ruptura del tejido social de la víctima, que impide el desarrollo de lazos sociales y una red de contención.
  • Vivencia de discriminación y autodiscriminación social.
  • Reproducción de estilos conductuales violentos.
  • Prácticas sociales nulas, que devienen en un empobrecimiento general, en dificultades para acceder a fuentes laborales y auto sostenerse económicamente sin depender del victimario u otros.
  • Marginación y exclusión social.

Estas son sólo algunas de las secuelas psico-sociales que enfrentan las víctimas de violencia de género, y para las cuales, la psicología social puede aportar herramientas novedosas en su prevención y tratamiento.

El trabajo en círculo y la implementación de la técnica del grupo operativo brinda soluciones dinámicas, operativas y direccionadas hacia una re-interpretación y adaptación de la realidad en busca de la transformación de conductas y la reparación de la trama vincular y red social que contenga a las víctimas.

CÍRCULO DE CUIDADO Y SOSTÉN

Socialmente y desde el principio de los tiempos, reunirse en círculo ha sido sinónimo de relacionarse, fraternizar y aunar fuerzas con los otros. Desde los círculos, la humanidad se ha puesto a sopesar diferencias, analizar y elaborar posibles soluciones y generar líneas de acción. El círculo posibilita visualizar a todos los que lo conforman,  permite la circulación de efectos y afectos en el espacio, facilita el análisis de las problemáticas comunes y cotidianas y  habilita la salida del anonimato hacia la construcción de un nombre propio y una designación de la problemática que se desea tratar. Así, el círculo se convierte en un punto de partida para la elaboración y adaptación activa a la realidad.

Cada integrante de un círculo se ubica a igual distancia del centro, lo que permite una vivencia de igualdad frente al centro o tarea que convoca. En este caso particular,  el círculo se construye como espacio-tiempo en el tratamiento y la solución de la violencia y sus secuelas.

El círculo  remite a un símbolo que envuelve, contiene y protege, puede pensarse como un útero social que aloja y brinda una posibilidad de desarrollo y gestación de nuevas oportunidades de existencia: una nueva posibilidad de “parirse a uno mismo” con renovadas improntas subjetivas.

El círculo también puede referirse a un círculo vicioso como lo es el círculo de la violencia. En ese sentido, desde el análisis de los estilos de comunicación y vinculación, permite trazar soluciones a conductas estereotipadas -que obstruyen una posibilidad saludable para las victimas- al romper con el aspecto “vicioso” e instalar una “vuelta de espiral” como salida exogámica de la situación de clausura y sufrimiento.

El GRUPO OPERATIVO Y SU EFECTIVIDAD

El Grupo operativo (G.O) es el nombre de la técnica creada por Enrique Pichón Rivière, para pensar al grupo como un instrumento válido en el campo de la salud. El instrumento permite una re-elaboración activa de la realidad y promueve una adaptación saludable a la misma.

La mayor utilización de esta técnica se ha dado en espacios de aprendizaje; en ese marco, es posible pensar el tratamiento de las secuelas psico-sociales de la violencia como un espacio de aprendizaje, ya que busca re-aprender estilos de comunicación, reparar vínculos y redes sociales, transformar conductas y aprender otras. El G.O. impulsa tareas de aprendizaje y de producciones colectivas del saber en las que cada aporte es significativo. Es un espacio terapéutico que se centra en la tarea y no en el individuo, en el que cada integrante puede desdramatizar el sufrimiento y descubrir junto a otros la potencia grupal y su posibilidad superadora.

Generalmente, los espacios grupales terapéuticos que se ofrecen para el tratamiento de las secuelas de la violencia de género desarrollan un enfoque centrado en el individuo; es decir, proponen un abordaje individual en un espacio grupal. La elaboración desde la técnica del G.O., en cambio, plantea realizar un abordaje grupal y conjunto sobre una tarea concreta que tiene que ver con las secuelas psico-sociales de la violencia contra la mujer. De este modo, desde un espacio grupal, esta técnica brinda a sus integrantes la posibilidad de descentrarse y desarrollar una distancia operativa con la problemática: sacar el dolor, la soledad y la tristeza para elaborarlas en forma conjunta y socializadora, e incorporar nuevos elementos al mundo interno de cada quién, que se conviertan en herramientas adquiridas y habilitadoras para enfrentar la situación violenta y sus secuelas.

El “centro” es el espacio para elaborar y superar las secuelas de la violencia, para re-conectar eficazmente el mundo interno con el mundo externo. El grupo es el escenario donde “ensayar” nuevos estilos vinculares, que luego puedan reproducirse en un contexto social por fuera del círculo. Y es también la escena que habilita la reparación vincular y el re-anudamiento de las relaciones personales.

La víctima de violencia necesita un medio social que la contenga y le permita descubrir nuevas formas de estar, sentir y pensar en el mundo; un espacio que le proponga nuevos caminos para andar y desandar. Y esos caminos no son solitarios e individuales. Son caminos junto a otros actores sociales que le devuelven potencia y autovaloración personal: espejos de la problemática y espejos de la solución al mismo tiempo.

Como disciplina, la psicología social afirma que el “saber” está en el grupo. Y la técnica del grupo operativo vehiculiza la emergencia de ese saber colectivo que pude transformar la vida de quienes son víctimas de la violencia de género. O que la vida es igual que un círculo y puede reinventarse en cualquiera de los puntos.

Nerina Alejandra Zanoni
Op. En Psicología Social











María Emilia Gallegos -Psicóloga Social

¿Psicología Social?


Contexto general.

Las constantes transformaciones de la sociedad en que vivimos, los avances tecnológicos, la velocidad de la comunicación, la diversidad cultural, entre otros factores, impactan directamente en nuestra vida cotidiana, resultando un desafío adaptarse a esta nueva realidad.
Los grupos sociales deben buscar nuevas formas de negociación para preservar su unidad.
La multiplicidad de los conflictos y la ausencia de espacios de diálogo para el consenso, generan inestabilidad, afectando negativamente a los conjuntos humanos (grupos, equipos, organizaciones, comunidades) tanto en su convivencia, como en el alcance de sus objetivos.
Los grupos sociales de hoy precisan de un método interdisciplinario que facilite su comunicación y cooperación, para aprender a superar los obstáculos, individual y colectivamente, con herramientas dinámicas vivenciales.
En el contexto de este paradigma puede observarse claramente la necesidad de un facilitador quien, la capacidad de potenciar losvinclos humanos conforme la esencia de su formación profesional: ubicamos al Psicólogo Social ocupando ese espacio.

Rol del psicólogo social.

Facilitador de tareas y proyectos en grupos sociales. Agente de cambio que aborda al grupo desde conocerlo y re-conocerlo individual y colectivamente, para diagnosticar y formular la hipótesis de trabajo, que hace que dicho grupo pueda visualizar y desarrollar su proyecto en común.
Mediador en el dialogo y la comunicación. Interventor no invasivo con distancia operativa para la resolución de conflictos grupales. Referente en los diversos proceso de un grupo (construcción, transformación, fortalecimiento y aprendizaje, entre otros).

Método.

La Psicología Social utiliza un método de diagnóstico específico, diseñando dispositivos para operar.  Siguiendo una serie de pasos tales como: análisis presuntivo, detección del origen de las problemáticas, formulación de la hipótesis y argumentación, planificación del dispositivo de abordaje, análisis participativo, ratificación o rectificación de la hipótesis, intervención directa en el punto focal del conflicto. Por su parte, dicho proceso se basa en la observación de diversos vectores tales como, afiliación, pertenencia, pertinencia, comunicación, cooperación y aprendizaje.

Ámbitos de aplicación.

·                    Mediación en la resolución de conflictos.
·                     Coordinación, construcción e institución, transformación y fortalecimiento de equipos de trabajo.  Detección de roles y perfiles, desarrollo de habilidades de liderazgo y optimización del rendimiento individual y colectivo.
·                     Redacción, análisis, revisión y corrección de la calidad de la información institucional en pos de su difusión, fundamentalmente en los medios de comunicación.  Observación y análisis de las consecuencias de impacto social.
·                     Integración e inclusión social.  Desarrollo de Programas preventivos.
·                     Recursos Humanos.  Selección del personal, ambientación y capacitación.

Objetivo del Psicólogo Social.

Podemos definirnos como organizadores grupales que explican lo que sucede, para transformarlo. Es nuestra experiencia del "saber hacer" en los grupos, la que avala nuestra efectividad. 
En tal sentido y en lo personal entiendo que como decía el Dr. Arturo U. Illia, "la experiencia es una antorcha que nos quema mientras nos ilumina".

lunes, 25 de febrero de 2013

Juego y Deporte


Enrique Pichon Rivière


Comenzamos hoy con la entrega del material prometido. De ellas emergen con clara fluidez, todas las consideraciones que al respecto del cuestionario elevado nos ha formulado el Dr. Enrique Pichon Rivière. A su pedido expreso aclaramos que nuestro entrevistado aborda la cuestión afirmado en las investigaciones personales realizadas por él en este campo, a lo que debe sumarse la consulta de estos autores: Freud, G. H. Mead, Buytendijk, y Huizinga.
-Entiendo -nos responde el Dr. Pichon Rivière-, que antes de hablar de deporte, debemos enfocar otro tema: el juego. En general, en su estructura y en su función.
-De acuerdo, definamos entonces el "juego".
-Podemos afirmar que el juego es tan viejo como la cultura, por la sencilla razón que presupone una sociedad humana. Los animales, por otro lado, no han esperado que el hombre les enseñara a jugar. Parece ser que la civilización no ha añadido ninguna característica escencial a la función del juego y a su significación más profunda.
-¿Qué función le adjudica usted al juego en el mundo animal?
-Decididamente, el juego es algo más que un fenómeno meramente fisiológico, ya que tiene siempre un significado social. En el juego, entra en juego algo que rebasa el instinto de conservación y que le da un sentido de ocupación vital. Hay dos aspectos fundamentales que caracterizan al juego: es una lucha por algo o una representación de algo.
-Bien, denos entonces la definición concreta.
-Advierta que la exposición previa nos ha allanado el camino hacia la definición. El juego es una ocupación libre, aunque se desarrolla dentro de límites de tiempo y espacios determinadas por reglas absolutamente obligatorias. Reglas que deben ser, a la vez, libremente aceptadas. Esta acción tiene su fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría. Además y esto es importante, en el juego se tiene la conciencia de ser de otro modo que en la vida corriente.
-¿Puede decirse que esta definición comprende lo que denominamos juego, o sea juegos de fuerza, de habilidad, de cálculo, de azar, de exhibiciones y representaciones?
-Efectivamente. Ahora bien, para aclarar conceptos que no he querido sobrevalorar las funciones del juego en el ámbito de la vida cultural. Una determinada cultura, lleva incluídas ciertas características que configuran los juegos. Es decir, que algunos aspectos de la cultura pueden surgir primero en forma de juego. En una palabra: que la cultura, en principio, se juega. Otra conexión entre cultura y el juego, habrá de buscarse en los niveles más elevados del juego social, en los que se nos presenta como actuación ordenada de un grupo o de una comunidad; o de dos grupos que se enfrentarán.
-¿En qué medida el juego individual repercute en el plan cultural?
-Cuando un individuo juega, para sí solo, en muy limitada medida es fecundo para la cultura. Ya manifesté, anteriormente, que todos los matices que definen al juego: el jugar juntos, el luchar, el presentar y exhibir, el retar y fanfarronear, con todas sus reglas limitadoras, se dan también en la vida animal. De modo que la competición y la exhibición adquiren ciertas modalidades de la cultura correspondiente.
-Usted habló de tensión en el juego, ¿qué quiso significar?
-En el juego hay tensión e incertidumbre. Fíjese usted que permanentemente se plantea una pregunta: ¿saldrá o no saldrá el juego? Hasta cuando una persona se entretiene con solitarios, palabras cruzadas o rompecabezas, se realiza esta condición. Pero en el juego efectuado entre rivales en puja, este tipo de tensión o incertidumbre por el resultado, se agudiza hasta un grado máximo aunque luego viene una distensión. Esto de salir ganancioso o vencedores, puede llegar a amenazar seriamente la condición o ligereza del juego mismo.
-Creo que en este momento debo preguntarle si influye la presencia o no presencia del espectador en el juego.
-Esto es muy importante, sin duda. En los juegos llamados de azar, esa tensión de que hablábamos sólo en pequeña medida se comunica al espectador. Tiene usted el ejemplo de los juegos de dados, que deben considerarse como estériles para la cultura porque no aportan ninguna riqueza al espíritu ni a la vida. Pero cuando en un juego la porfía exige cierta destreza o habilidad, y fuerza, tanto mayor es la tensión que embarga a los espectadores. El mismo juego del ajedrez arrebata a los circunstantes. Convengamos finalmente en que los valores físicos, morales o espirituales, pueden elevar al juego a un plano determinado de cultura, pero cuanto más adecuado sea el juego para intensificar la vida del individuo o del grupo, primordialmente del grupo, tanto más se elevará en ese plano.
-¿Qué es lo que está en juego cuando jugamos?
-Usted ha dado con una frase que condensa la esencia del juego: en el juego algo está en juego. Pero ese algo suele confundirse. No se trata del resultado material del juego, como podría ser la ubicación de la pelota en el arco o en un cesto. Lo ideal es que el juego salga bien, que resulte. Ese salir bien, proporciona una satisfacción especial al jugador y al espectador. Y con la presencia de espectadores ese sentimiento agradable aumenta. Quien resuelve un solitario, por ejemplo, se alegra en mayor dosis si alguien lo mira. De lo que resulta esnecial para el jugador, poder vanagloriarse ante otros de que su juego haya resultado bien. De allí que el concepto de ganar guarda una relación íntima con el juego.
-Pero, ¿qué quiere decir ganar? ¿Qué es lo que se gana?
-Ganar es mostrarse tras el desenlace de un juego, superior a otro. Pero como ese tipo de superioridad tiende a convertirse en otra superioridad de carácter general, concluímos en otra afirmación: más que ganar el juego, se ha ganado honor y prestigio. Honor y prestigio que benefician no sólo al vencedor sino al grupo al cual éste pertenece. Y estamos ante un concepto de trascendental importancia: el éxito logrado en el juego, se puede transmitir en alto grado del individuo al grupo. A tal punto es así, que sobre la exigencia primaria de doblegar al contrincante, surge otra, que es la de si en verdad ha aumentado con la victoria el poder del individuo y del grupo que él representa.
-Sintetizando, doctor, que el juego es una actividad libre, separada y reglamentada.
-Claro que lo es. Libre, porque no puede obligarse a un jugador sin que el juego pierda su naturaleza; separada, porque está circunscripta a límites determinados con anticipación y reglamentada porque está sometida a convenciones que instauran momentáneamente una legislación apropiada.
-Separemos ahora, entonces, "juego" de "deporte".
-Creo que ya lo hemos hecho, aunque puede redondearse en este esquema: el juego puede ser de competición, de suerte, de simulacro, y de vértigo. En la primera calificación entran el atletismo, la lucha, el boxeo, el fútbol, el ajedrez, etcétera; en la segunda, los juegos infantiles de sortear, la ruleta, las apuestas, la lotería, etcétera; en la tercera, las imitaciones, las máscaras, los disfraces y, en forma general, el teatro; finalmente el columpio, el alpinismo, el tiovivo, el esquí, etcétera.
-Este cuadro nos acerca, doctor, a uno de los temas propuestos, el fútbol.
-Penetremos en él, como le prometí. En nuestro país el fútbol llamado el más popular de los deportes, merece una atención que nunca se le ha dispensado y desde un ángulo que resultará extraño a muchos. Si la práctica del deporte se emprende con espontaneidad para darle al deporte una orientación cabal, es indispensable hacer un estudio socio-psicológico del mismo. Porque el deporte no es solamente importante para la formación de la juventud, sin que se haya convertido en un medio común de existencia capaz de ejercer una influencia decisiva sobre las apreciaciones que se hacen en el conjunto de las relaciones humanas. El fútbol, obvio es decirlo, no tiene sólo trascendencia a su vez para los cientos de miles de cultores con que cuenta entre nosotros, sino para otro número mucho mayor de espectadores y aficionados que están concentrados en su derredor. Ya nos ocuparemos del fútbol, cosa que haré sin antes decirle que ya en 1903 se publicó en los EE.UU. un artículo sobre la materia titulado "La psicología del fútbol", precisamente en la razón de un interrogante que sigue en pie: por qué es el fútbol el deporte que atrae mayor cantidad de espectadores y por qué son tántos y tan variados los conflictos que surgen en su medio.

Enrique Pichon Rivière
(En "Psicología de la vida cotidiana", 1966/67)


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Vicisitudes subjetivas frente al cambio

Vicisitudes subjetivas frente al cambio
Dra. Gladys Adamson


Enrique Pichon Rivière plantea en un articulo de 1955 que el sujeto situado frente a un nuevo conocimiento este impactará en su esquema conceptual y referencial previamente constituido. Si éste ECRO individual se ha conformado en condiciones de rigidez y estereotipia el nuevo conocimiento desencadenará actitudes de rechazo que Pichon Rivière entiende como "actitudes estereotipadas y distorsionadas debido, entre otras causas, a métodos anticuados de enseñanza mantenidos en vigencia como guardianes de determinada ideología" "Estas actitudes rígidas, mantenidas por un esquema conceptual semejante y que funciona de una manera mas o menos inconsciente, constituyen barreras que impiden la irrupción de objetos (...) nuevos y originales que emergen en la mente del sujeto renovador, como un verdadero descubrimiento en un contexto particular".
Al situar la subjetividad en un contexto de modernidad lo conduce a pensar en las vicisitudes subjetivas de los procesos de cambio.
Todo nuevo objeto de conocimiento quedará posicionado en primera instancia como "enemigo del sujeto". Ello desencadenará situaciones de ansiedad cuya intensidad dependerá de la rigidez o flexibilidad del esquema referencial y establecerá la diferencia entre la curiosidad excitante o el rechazo de lo nuevo.
Para pensar en las reacciones emocionales frente al cambio se va a basar en los desarrollos de Melanie Klein, específicamente en los conceptos de Posición Depresiva y Posición Esquizo paranoide que él llamara instrumental y los articulará con su concepción dialéctica de los procesos psíquicos.
Las situaciones de cambio tienen un efecto de desestructuración del marco referencial. Ello instala al sujeto en una crisis. En este sentido su posición subjetiva corresponde a la descripta por Gramsci "Crisis es cuando lo viejo a muerto y lo nuevo no ha nacido aun". Este sujeto enfrentado a la situación de cambio reconoce que sus marcos referenciales no dan cuenta de lo nuevo, no le permiten operar en el nuevo contexto pero no cuenta aún con nuevos referentes que le permitan articular una nueva forma de pensar, sentir y operar sobre la nueva realidad.
Las intensas reacciones emocionales durante la crisis tienen que ver con la perdida de una percepción global de la situación por parte del sujeto, un deslizamiento de antiguos fantasmas sobre los vínculos actuales, la perdida de su ubicación como sujeto y con ello la imposibilidad elaborar estrategias y tácticas mediante las cuales intervenir en las situaciones (proyecto de vida) provocando transformaciones". ("La Noción de Tarea en Psiquiatría").
Las reacciones emocionales de angustia, confusión, percepción de desinstrumentación frente a la nueva realidad, inermidad, culpa etc. es la contracara de todo desafío de cambio. Hay una predisposición a que los mecanismos defensivos que se pongan en juego sean los propios de la Posición instrumental que E. Pichon Rivière entiende tambien desde la dialéctica. Esto es una tendencia a las disociaciones polares, a las contradicciones dilemáticas, una predisposición a ubicar tanto lo peligroso como lo idealizado en sectores de la realidad opuestos y una tendencia a asumir una actitud defensiva que impide, aunque sea momentáneamente un posicionamiento transformador.
Aquí es cuando se vuelve fundamental el sostén vincular del sujeto en crisis y la legitimación por parte de un otro social del desafío del cambio. En este sentido el ámbito grupal (sociodinamico) es invalorable ya que en la circulación de la comunicación grupal los diferentes esquemas referenciales de los integrantes del grupo le van dando diferentes significaciónes a lo nuevo y ello facilita la apropiación de categorías simbólicas que lo tornan aprehensible y permite un reposicionamiento subjetivo frente al desafío con la percepción de adquisición de nuevos instrumentos para abordarlo.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en los grupos que trabajan con desocupados. Lejos de identificarse con el fracaso, la culpa y la inermidad el grupo permite visualizar que la problemática no es individual sino del contexto y la creatividad y capacidad de resignificacion del grupo permite no solo reafirmar el propio proyecto sino que permite imaginar salidas y soluciones que eran impensables antes de la crisis.
E. Pichon Rivière plantea que el enfrentamiento a todo cambio importante desencadenará inevitablemente una crisis subjetiva ya que se pone en juego la capacidad del esquema referencial individual y los límites de la practica social que han permitido su conformación. El sostén vincular aparece como la apoyatura necesaria para superar ese momento de desestructuración del ECRO personal y superar la tendencia a la clausura desencadenada por el cambio.
Desde la crisis también es posible un retroceso y las consecuencias son un reforzamiento de los esquemas referenciales que ganan en rigidez y estereotipia. De allí la importancia que el Operador perciba las situaciones de crisis y pueda brindar una apoyatura vincular al sujeto para sostener el proceso de desentructuración - reestructuración de su esquema conceptual y referencial
y pueda superar sus reacciones de clausura frente a la situación de cambio.
Si el cambio se torna posible y el sujeto logra una visión mas o menos integrada de la situación, y percibe que recupera una cierta capacidad de instrumentación, su ansiedad disminuye y ello le permite retomar una relación dialéctica, mutuamente transformante con sus vínculos y preservar así su proyecto.
La comprension de las vicisitudes frente al cambio son fundamentales ya que vivimos tiempos que al decir de Bill Gates "El futuro no se prevee, se inventa" y ello implica una fuerte apuesta a la creatividad, una capacidad de salto al vacio y a una tolerancia a las desestructuraciones y estructuraciones de su esquema conceptual. Federico Moura, lider de la banda Pop Virus decía: "Me encanta encontrar gente con valentia y entusiasmo para largarse al vacio. Me da ganas de abrazarla. Me dan miedo los tan normales" (1986).

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lunes, 18 de febrero de 2013

Sujetos e interacción social en la marginación en América Latina (Gladys Adamson)

Dra. Gladys Adamson - Ponencia en el IV Congreso Latinoamericano de Pedagogía Reeducativa del 3 al 6 de mayo del 2000 en la Universidad "Luis Amigó" en Medellín, Colombia


Pensar acerca de la marginación es partir de un planteo topológico. La misma palabra tiene una significación espacial. Margen es un determinado lugar, en una página por ejem. Un espacio, ubicable dentro de un topos mayor (topos: lugar). El Diccionario de la Real Academia Española señala: margen: "extremidad u orilla de una cosa" (del latín margo). Es interesante que también significa "ocasión, oportunidad, motivo para un acto o suceso" Por ejemplo "me queda un margen para maniobrar". Creo que es importante rescatar este último sentido para sortear o neutralizar la mirada estigmatizadora que podamos tener acerca de aquello que esta al margen (1)(2)
La Psicología Social concibe a la sociedad teniendo en cuenta 1) una dimensión topológica estructural y 2) una dimensión de imaginario social.
Cuando hablamos de dimensión estructural no nos posicionamos en una concepción estructuralista o si hay que pensar en una referencia teórica seria más estructuralista genética en el sentido que, la importancia de percibir el posicionamiento topológico estructural de un sujeto, un grupo, una institución o una comunidad es para percibir y poder dar cuenta con mayor precisión de los efectos dinámicos, relacionales, vinculares que produce dicho posicionamiento. Creo que más adelante esto quedara mas claro.
Dimensión topológica estructural
Desde el punto de vista topológico estructural no corresponde hablar de marginalidad sino de marginados. Aquí el empleo del verbo es fundamental porque estar ubicado en el margen no es producto de una voluntad consciente, no hay una elección personal en ello. En Argentina, en determinado momento histórico como fueron las primeras décadas de este siglo la marginalidad tuvo una valoración positiva y hasta romántica producto de una ideología anarquista donde se valoraba la no inclusión, la no aceptación de un sistema social regulado por el Estado. Pensemos en Roberto Arlt y sus personajes de "Los siete locos". Progresivamente a lo largo de nuestra historia ser un marginal comenzó a adquirir una significación peyorativa inclusive temible asociada a la delincuencia, a la violencia, la droga, el crimen etc.
La dimensión estructural tiene que ver con el interrogante que se hace Saint Exupery en un relato. El está viajando en tren y vé a una joven pareja burguesa con un bebe viajando en primera clase y vé a una jóven pareja obrera viajando en tercera. Saint Exupery se pregunta ¿Qué pasaría si yo intercambiara los bebes? Tal vez dentro de 25 anos el bebe de la pareja obrera esté viajando en primera y el bebe de la pareja burguesa lo haga en tercera.
Para desarrollar la dimensión topología estructural voy a seguir los desarrollos teóricos de Enrique Pichón Riviere. Quisiera ubicar a este autor aunque sea mínimamente. Enrique Pichón Riviere es un suizo ginebrino de padres franceses, que emigra a la Argentina a la edad de tres años en 1910. Tiene una infancia campesina en el norte de la Argentina, zona que se caracteriza por pertenecer a una cultura guaraní. Pasa su adolescencia en una pequeña ciudad del interior del país, a orillas del gran río Paraná, un típico río latinoamericano, extenso y caudaloso.
A los 19 años se traslada a Buenos Aires para estudiar medicina.
Estamos en 1926 y Buenos Aires se caracteriza por una "cultura de mezcla"(3) conformada por criollos y por extranjeros que en pocos años habían duplicado la población porteña (4).
Esta "cultura de mezcla" produce toda una generación de intelectuales de vanguardia. Pueden pertenecer a la burguesía como Borges o Victoria Ocampo o pueden ser anarquistas como Roberto Arlt o socialistas como los hermanos Gonzalez Tuñon y el Grupo Boedo pero todos comparten este posicionamiento vanguardista. Lo importante era estar al tanto de los últimos desarrollos en ciencia, técnica, filosofía, arte etc. en todo el mundo. Esta no era una posición extranjerizante sino que era tomado como estímulo para desarrollar una obra propia y local.
Victoria Ocampo decía "yo aspiro a que todas estas ideas tengan el mismo destino que el eucaliptos, que vino de Australia pero que ahora es impensable un paisaje de la pampa sin un bosque de eucaliptos".
Pichón Riviere siempre fue fiel a este posicionamiento de vanguardia. Siendo médico fué el que introdujo en la Argentina la preocupación por los síntomas psicosomáticos, siendo psiquiatra introdujo los desarrollos de la Psiquiatría Dinámica. Perteneció a la primera generación de psicoanalistas y fue fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina que difundió el psicoanálisis en Argentina y Latinoamérica. Fue pionero en las primeras experiencias grupales, institucionales, de comunidad terapéutica y creó la Escuela de Psicología Social argentina desde un lugar excéntrico, no en el sentido de extravagante sino fuera del centro, al margen de las instituciones académicas hegemónicas. Por otro lado hay que pensar que fue contemporáneo de Kurt Lewin y estaban desarrollando las primeras experiencias grupales en el mundo a mediados de la década del 1940.
La suya es una Psicología Social pensada interdisciplinariamente ya que articula múltiples saberes fundamentalmente las ciencias sociales, el psicoanálisis y la psicología social norteamericana. No es una teoría grupalista. Es una Psicología Social con una determinada concepción de sujeto, de su desarrollo, de la salud, la enfermedad, con una metodología y una técnica de intervención que es la técnica de Grupo Operativo.
E. Pichón Riviere denomina a su teoría ECRO que significa Esquema Conceptual Referencial y Operativo. Esto es un cuerpo o conjunto de conceptos que refieren a un sector de lo real y cuya meta es operativa. Concebía a la teoría como un conjunto de conceptos instrumentales para dar cuenta y transformar la realidad. En este sentido su posición es cercana a la de Foucault quien planteaba a la teoría como caja de herramientas y a Deleuze quien señalaba que la teoría no debía ser un refugio, un lugar donde apoltronarse sino que toda teoría vale por su exterior, por aquello que produce. E. Pichón Riviere decía "no nos interesa formar excelsos observadores de la realidad sino profesionales que la transformen". No hay que olvidar que el origen etimológico de la palabra teoría es espectador. Teórico era en la antigua Grecia el que se aventuraba mas allá de las fronteras de su ciudad-estado y luego volvía y relataba a sus conciudadanos lo que había visto.
Este posicionamiento teórico es sumamente importante ya que alerta del peligro de lo que Pierre Bourdie denomina el homo academicus, tipo de subjetividad que se conforma en los claustros académicos y que terminan entreteniéndose en juegos de palabras y que pierden la referencia a una determinada practica.
E. Pichón Riviere arriba a la Psicología Social por la necesidad de pensar su practica psiquiátrica. Siendo psiquiatra en el Hospicio de Las Mercedes (hoy Hospital Borda) descubre que quien tiene el código que le permite entender los delirios y las alucinaciones de sus pacientes es la familia de cada paciente. Con ello arriba a la conclusión que hay estructuras que trascienden a la subjetividad que tienen efectos de determinación de la misma. Esta práctica es el contexto de descubrimiento (5) de la Psicología Social para E. Pichón Riviere.
Voy a tomar de su ECRO solo aquellos conceptos que me sean Operativos para pensar la situación de la marginación.
Para E. Pichón Riviere no existe LA sociedad y menos en este momento de crisis de la modernidad donde la sociedad se caracteriza mas por su fragmentación que por su homogeneidad.
Si nos interesa dar cuenta de la constitución de la subjetividad (problemática central de la Psicología Social) debemos pensar a la sociedad como una imbricación de diferentes ámbitos. E. Pichón Riviere plantea que la sociedad debe ser pensada desde la noción de ámbitos que son: 1) lo individual (psicosocial), 2) lo grupal (sociodinámico), 3) lo institucional y 4) lo comunitario.
La noción de ámbito de E.Pichón Riviere designa espacios sociales que si bien contienen lógicas y reglas de juego que le son especificas están íntimamente imbricadas. El concepto de ámbito comunitario es similar a la de campo de Pierre Bourdie. Para este autor concebir el espacio social topológicamente, implica distinguirlo en diferentes campos. Los campos a su vez definen determinados lugares, incluso geográficos en una sociedad que se rigen por determinadas lógicas o reglas de juego, reglas que distinguen un campo de otro. No es lo mismo el campo militar con sus reglas de juego específicas que el campo artístico. Inclusive las reglas de juego de un campo a otro pueden responder a lógicas opuestas.
La macroestructura social no produce subjetividad, la constituyen la imbricación de estos diferentes ámbitos que la intermedian a través del gran mediador que es el vínculo unidad mínima de análisis desde la perspectiva psicosocial y sostén material de la producción de subjetividad. El sujeto no es un individuo. Es unidad de lo múltiple. Es siempre portavoz y emisario de las estructuras y ámbitos que han trascendido su subjetividad y que la conformaron.
Es a través de las redes vinculares, de las lógicas relacionales que sostienen el proceso de socialización - que en términos de E.P.R. es sinónimo de aprendizaje - que la Sociedad logra producir las subjetividades que la reproducen.
El concepto de aprendizaje es un concepto amplio, refiere a un proceso que se despliega, de por vida, como todo proceso de socialización. El aprendizaje desde esta concepción circula en los ámbitos formales y de instrucción sistemática como en los pasillos, entre los pupitres y los recreos de la Escuela. En este sentido la Escuela es una comunidad de aprendizaje o de socialización. No sólo están los contenidos sino los códigos relacionales, la calidad de los vínculos maestro-alumno. Hay una estadística muy significativa hecha en la Argentina que indica que el 80% del contenido de lo que se enseña a un alumno se olvida. Lo que sí permanece es la metodología con la cual se le ha enseñado. Cómo se le enseñó a pensar o como diría E.P.R. cómo "aprendió a aprender".
El aprendizaje circula entonces por las veredas, las calles, la televisión (ese gran aparato de producción simbólica), la computadora, el shopping, por lugares y por no-lugares etc.
La sabiduría popular ha designado una "universidad de la calle" que, como lo señala el Dr. Vives, es "la universidad más extensa que existe". En la Argentina hay un tango de Discepolo "Cafetín de Buenos Aires" que señala que en ese café de la ciudad "aprendí filosofía, timba" (timba es juego de azar) y como diría Macedonio Fernández (escritor argentino de la generación vanguardista) "si lo dice un tango es verdad porque es lo único que no consultamos a Europa"
Dimensión de imaginario social
Cornelius Castoriadis, filósofo griego adoptado por París, se pregunta que es lo que mantiene unida a una sociedad y responde que lo que la mantiene unida es una urdimbre de significaciones sociales que denomina imaginario social eficaz. Este imaginario es producido socialmente por creación y establece para cada sociedad qué es un hombre, qué es una mujer, qué es un niño, qué es el Estado, qué es Dios, qué es el pecado, la virtud etc. etc. Este magma de significaciones opera como un instituido social.
Pero además de lo instituido hallamos también el imaginario social radical que designa lo instituyente, aquello que va creando nuevas significaciones o bien que se planta críticamente frente a antiguas significaciones y propone un cambio en las mismas. Las sociedades democráticas se caracterizan por esta particular dialéctica instituido-instituyente.
Cada ámbito produce un determinado universo de representaciones particulares de este imaginario social. Esta trama de significaciones designa tanto aquello que es propio de ese campo como también las reglas de juego que hacen posible su particular dialéctica persistencia-posibilidad de cambio.
Definir como imaginario social el universo simbólico de cada ámbito implica que este concepto pierda su homogeneidad en relación a la sociedad concebida como un todo y pasa a denominar el universo representacional de cada ámbito especifico.
Forma parte del desarrollo de teorías grupalistas y organizacionales el hablar de novela grupal y de cultura organizacional que designa la dimensión imaginaria de cada ámbito.
Estas precisiones son importantes a la hora de pensar ciertas significaciones propias de los marginados y que no coinciden con el imaginario social concebido desde el poder. Por ejemplo entre ambos grupos sociales generalmente no coinciden las significaciones de aquello que es bueno o malo, lo que es delito o razonable, lo que es digno o indigno. De otra manera no se entiende por qué, en un barrio carenciado, un niño de once años, hijo mayor de una familia numerosa que carece de padre y que entrega a su madre todo lo que roba tenga consenso social y que para sus pares y vecinos sea considerado un buen hijo y una buena persona.
Esquema referencial
El pertenecer a un campo social determinado por razones estructurales y por razones del imaginario social de dicho campo va a tener efectos de producción de subjetividad.
Para E. Pichón Riviere las estructuras objetivas externas como son los ámbitos con sus lógicas y las prácticas sociales especificas que desarrollan los sujetos en él tienen un efecto de producción de estructuras subjetivas que él denomina esquema referencial.
Es un concepto muy similar al de habitus de Pierre Bourdie y designa la autoproducción peculiar, única e irrepetible que lleva a cabo cada sujeto a partir de su proceso de socialización de ciertos modelos de pensar, sentir y hacer.
El campo de la marginación a partir de las prácticas sociales desarrolladas por un sujeto en sus diversos ámbitos (ámbitos que pueden actuar por presencia o ausencia) desarrollan una manera peculiar de percibir la realidad, de organizarla, valorarla, jerarquizarla etc. en esta percepción de la realidad el sujeto se posiciona como incluido o excluido de determinados sectores de la sociedad.
Todo proceso de socialización concluye con la conformación de una estructura subjetiva en la que es importante incluir tanto estructuras cognitivas como afectivas (esquemas y modelización afectiva) y de acción, esto es modelos de como se enfrentan y resuelven los conflictos con que la realidad nos desafía.
Campo de la marginación:
Este sería entonces un campo específico que se rige y opera con ciertas reglas de juego, ciertas lógicas producto de las practicas sociales encaminadas a la supervivencia de los sujetos y por ende a la supervivencia del mismo campo.
Como dijimos, no se trata de una elección voluntaria. A partir de un interjuego de instituciones familiares, educativas, laborales, judiciales, policiales etc. se coloca a un sujeto en un espacio carente de recursos y de contención institucional.
Desde una perspectiva estructural nos planteamos un "mapa" donde ubicamos a los marginados dentro de un campo o en un ámbito determinado. Este campo social tendrá reglas de juego que corresponderán a la articulación o interrelación de lógicas subjetivas, grupales e institucionales propias de ese campo y que se expresarán en normas, valores, interjuegos de instituidos, peculiaridades de las narrativas y del lenguaje. En este campo las instituciones pueden operar por presencia, ausencia o exceso. Pertenecer, como sujeto, a este campo de marginación implica desarrollar una práctica social relativa a la producción material de recursos de supervivencia produciendo también determinadas formas de relaciones intersubjetivas.
Podríamos decir que el campo de la marginación se halla situado en las grietas del espacio social. Se caracteriza más por la ausencia de instituciones o por su aparición brusca, disruptiva y abusiva como la policía por ejemplo. La familia y la escuela misma, tienen un sentido más disciplinario, represivo que de apoyo a un desarrollo vital.
En una encuesta reciente llevada a cabo con chicos de la calle, en Buenos Aires, (Argentina) el 80% pertenecían a familias que habían emigrado y por lo tanto habían perdido el sostén de esa urdimbre de significaciones que caracteriza a la cultura particular de cada región (son obreros rurales que llegan a la gran ciudad), con padres desempleados (ausencia de institución laboral) con baja instrucción escolar (ausencia de escuela) pertenecientes a familias numerosas situación que aumenta las exigencias de alimentación y socialización en general. Todas estas condiciones predisponen a un clima de frustración, impotencia y por lo tanto violencia. Ello promueve la disgregación familiar por lo cual se pierde también a la familia como una institución de contención y apoyo. La frustración y la impotencia prolongada predisponen a las adicciones, el alcohol, la droga.
Tienen una ubicación geográfica determinada: las afueras de las grandes ciudades. En la Argentina el segundo y tercer cordón de Buenos Aires alberga a la población más pobre y en condiciones de marginación.
El hecho que las condiciones estructurales de la marginalidad tengan que ver con la pobreza es preocupante porque ésta se halla en expansión en Latinoamérica. El informe "Desarrollo humano 1992" del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo especifica que las polarizaciones sociales están en crecimiento. El 20% más rico de la población mundial es dueño del 82,7% del producto Bruto Mundial. Según este informe las distancias entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la población mundial se ha duplicado en los últimos 30 años.
En 1980 el 38% de los latinoamericanos pertenecían a la franja de los pobres o que estaban por debajo de la línea de la pobreza. Esto implica 4 de cada 10 latinoamericanos.
En 1990 el "Proyecto Regional ONU de superación de la pobreza" señaló en la Conferencia Regional de los países de América Latina sobre la Pobreza (Quito 1990) que el 62% de la población latinoamericana estaba en situación de pobreza. Esto significa mas de uno de cada dos latinoamericanos están en situación de carencia en relación a sus necesidades básicas de desarrollo humano "La década del 80 al 90 ha sido una década de avance casi arrollador de la pobreza en Latino América" señala B. Kliksberg. Ello ha coincidido con el auge de las estrategias neoliberales en los Gobiernos latinoamericanos.
Por otro lado la mitad de los pobres está en la categoría de "pobres extremos" que son aquellos que aún dedicando todos sus ingresos a abastecerse con alimentos no llegan a ingerir las proteínas y las calorías necesarias para vivir.
Las grandes ciudades de Latinoamérica asisten a la emergencia del fenómeno de "los niños de la calle" En Brasil ocho millones de niños viven en la calle expuestos a toda clase de riesgos incluso a la muerte. En los años 90 tres niños por día eran asesinados en Brasil por "escuadrones de la muerte".
El desarrollo humano y social de un país no depende de su ingreso "per capita". Hay países con recursos económicos escasos y que sin embargo poseen una mejor calidad de vida de su población que otros países más ricos desde una perspectiva macroeconómica. "Las tasas de esperanza de vida y alfabetización de Costa Rica son muy superiores a las de Kuwait, a pesar d que su ingreso per capita es cuatro veces menor" (6). El acceso a la educación y la presencia de adultos alfabetizados es superior en Sri Lanka que en Arabia Saudita aunque en este ultimo país el ingreso per capita es 15 veces mayor. También en Arabia Saudita la mortalidad infantil es cuatro veces mayor que en Jamaica aunque triplica a este último país en ingresos por habitante (6).
En rigor la calidad de vida de un país tiene que ver con una justa distribución de la riqueza, con el acceso de toda la población a la vivienda, a los servicios de educación, salud, trabajo y cultura. Los índices de medición de desarrollo social no deben ser económicos sino la esperanza de vida, el acceso a la educación, al trabajo, a una vivienda digna y la participación en actividades culturales.
El margen se ha ensanchado
El porcentaje de los marginados se ha ensanchado en Latinoamérica y en el mundo debido a los fenómenos de desempleo, precariedad, segregación y exclusión social.
Como fenómeno inédito, nunca vivido en la sociedad contemporánea, aumenta cuantitativamente la población que vive en condiciones de incertidumbre.
El margen ya no lo ocupa sólo la población habitual: los indígenas, los negros, las poblaciones paupérrimas o los pobres entre los pobres sino que hay una nueva población que la sociedad actual ha creado, que emerge de las grietas y los intersticios institucionales, donde "flotan" sin lugar, los desempleados por tiempo prolongado, los jóvenes que buscan empleo, las víctimas de la reconversión industrial, población con falta de trabajo por tiempo prolongado o con trabajo precarizado.
La situación de margen ya no es solo una cuestión de estratificación, no es posible metaforizarlo en términos de una pirámide o en todo caso esta pirámide se ha poblado de múltiples grietas que la recorren en casi todo su extensión.
Puede una sociedad democrática que postula la igualdad frente a la ley mantener una cierta cohesión social con el 20 o 30% de su población en condiciones de marginalidad?
Marginación y anomia:
En la concepción psicosocial la marginalidad no implica una anómia (como ausencia de valores) sino que implica que la anomia es solo momentáneamente una perdida de valores en el proceso de adquisición de otros. Los valores son cambiantesmomentáneos y fugaces. Se pasa de la valoración del trabajo a la valoración de ingresos a la manera que sea, de la pertenencia a una familia a la pertenencia de un grupo de pares, de la autoridad paterna a liderazgos contingentes etc.
Hablar de la anomia de los marginados es algo a considerar porque puede estar implicando una lectura desde los instituidos sociales ligados al poder. Se los define como "anomicos" porque no participan del imaginario social eficaz. El campo de poder siempre tiende a identificar sus intereses corporativos con el interés general. De la misma manera universaliza sus valores y quien tiene otros es señalado como carente de valores o amoral.
La intervención
Estas experiencias se desarrollan en el Barrio "La Esperanza" del Partido de Quilmes, Pcia. de Buenos Aires.
La Esperanza es un barrio carenciado de 10 mil habitantes con casas humildes pero de material. Sus calles son de tierra, no tienen veredas y carecen de cloacas.
La intervención se desarrolla en la Escuela. Como la acción se lleva a cabo en el Barrio la elección de la sede es muy importante. La Escuela aparece como una institución neutral. La Escuela publica es para todos y es de todos. Cualquier otra institución corre el riesgo de ser parcial. Las organizaciones comunitarias del barrio suelen estar al mando de "punteros políticos" lo que los supedita a ciertos lineamientos y condicionantes partidarios además de que aleja a los jóvenes que simpatizan o son partidarios de otras agrupaciones políticas. La Capilla también aparece como perteneciente a una parcialidad y los que profesan otra religión no se sienten convocados. La Escuela del Estado sin embargo aparece como neutral.
Las tareas se desarrollan luego de las cinco de la tarde cuando las clases escolares obligatorias terminan. Previamente se llevó a cabo un Diagnóstico Participativo o un Análisis de situación como se lo denomina actualmente para no hablar de diagnóstico que remite a una enfermedad. Los mismos jóvenes y mujeres del Barrio determinaron que los problemas más urgentes que tenían en el Barrio eran violencia, adicciones, embarazo precoz, SIDA y falta de capacitación laboral.
Se organizaron dos grupos 1) de jóvenes para a) tareas de prevención de violencia, embarazo precoz, adicciones y SIDA, b) Talleres de expresión y creatividad a través del teatro, la música y la expresión literaria(7) y c) Grupos de Orientación social y laboral(8). Y 2) de mujeres con talleres de prevención y de problemáticas de género (derechos, discriminación etc.)
Voy a tomar solo el grupo de jóvenes por una razón de brevedad de la exposicion.
El abordaje se lleva a cabo desde la concepción de aprendizaje de E. Pichón Riviere. En los Talleres de prevención se dá información a través de videos, clases, afiches etc. pero la manera de retrabajar y elaborar dicha información es a través de técnicas participativas. A continuación de recibir la información temática los jóvenes realizan collages, dibujos y pinturas o escenas teatrales en relación al tema que sé está desarrollando. A posteriori de realizar estos trabajos expresivos relativos al tema que se está trabajando, los jóvenes tienen un momento de intervención verbal: hablan y explican el por qué de sus dibujos, de sus esculturas y de sus escenas.
Un ejemplo de la modalidad de trabajo que llevamos a cabo es la siguiente. Para trabajar el tema violencia el profesor de teatro divide a los 38 jóvenes del grupo en subgrupos y les pide que desarrollen escenas de violencia de la vida cotidiana del Barrio.
Los jóvenes se reúnen y surgen así escenas de "Violencia en el barrio" (arrebato de una cartera) "violencia en la canchita de fútbol" (pelea que comienza entre dos jóvenes y luego se generaliza entre todos) "violencia en la Escuela" (bullicio y travesuras en el grado ante la ausencia del maestro y penitencia como consecuencia) "violencia en el recreo"( una ronda de niñas se ve interrumpida por otra niñita que viene de afuera, rompe la ronda y agarra de los pelos a una compañerita). Luego de representar las escenas el profesor de teatro les pide que creen una segunda escena que implique una salida de esa situación de violencia.
Este trabajo tiene el objetivo de recortar y distinguir qué forma adquiere la violencia en su comunidad pero al mismo tiempo comprometerse y poner el cuerpo en llevar a cabo una salida a esa situación. Se intenta poner en contacto al joven con su saber cotidiano y con sus recursos de cambio. Algo siempre es posible hacer para enmendar un acto violento. Solamente voy a relatar la segunda escena que hicieron las niñitas de "violencia en el recreo" porque me impresionó por su lucidez. La segunda escena comienza también con una ronda de niñas que bailan y cantan y una nenita que esta alejada de la ronda. De pronto una integrante de la ronda se desprende de ésta, se acerca a la niña que está afuera y la lleva de la mano a que participe de la ronda y terminan todas danzando y cantando. No deseo trasmitir aquí una imagen idílica sino resaltar que a pesar de ser niñas de 11 y 12 años recrearon una escena de "violencia por exclusión" y sabían muy bien como remediarla.
Los jóvenes llevan a cabo una Revista que se llama "El Terco" que alude al título de una canción del conjunto musical argentino "La Renga" que habla sobre la terquedad de los ideales, que aunque el camino sea duro y los reveses muchos hay que insistir tercamente con aquello que se desea. Esta canción fue elegida como prólogo del primer número de la Revista. Las páginas de esta Revista sirven para que los jóvenes escriban artículos, poemas, los ilustren con dibujos y puedan difundir a los otros jóvenes del Barrio lo que aprenden acerca de prevención de embarazo precoz, de violencia, adicciones etc.
Actualmente están preparando una obra de teatro con el guión escrito por ellos que será representada en la Escuela para todo el Barrio y han escrito la letra de una canción a la que están poniendo música y será grabada en un cassette.
La Radio Comunitaria de la Capilla del Barrio les ha donado una hora de radio los sábados a la mañana para que los jóvenes lleven allí a cabo tareas de prevención en los temas que están aprendiendo en los Talleres y que puedan expresarse libremente en los temas que deseen.
Intentamos formar agentes multiplicadores de lo que aprendieron. Esto refuerza el aprendizaje que realizaron y por otro lado los forma en el camino de lideres de su comunidad. Los grupos de jóvenes financian su Revista con recursos que conocen muy bien. Nosotros decimos que los pobladores de estos barrios le pueden sacar dinero hasta las piedras y no estoy hablando de robo sino de medios lícitos como rifas, donaciones, venta previa de la revista etc.
Toda la producción de los jóvenes es para ser compartida. La revista se vende a muy poco precio en la barrio, en la escuela, se envía a los diarios para que la difundan y se trata de compartirla con otras Revistas de otros grupos de jóvenes del interior del país. Estamos viendo ahora la posibilidad de conectarlos con revistas vía Internet lo que sucede es que la Escuela que es donde trabajamos recién ahora la Directora esta interesada en proveer de este Servicio a sus alumnos.
Este tipo de intervención donde jóvenes y mujeres se asumen como sujetos de la enunciación, es lo que Deleuze y Guattari denominan actividades micropoliticas.
Desde los grupos de "Orientación social y laboral" se llevan a cabo reflexiones acerca de las "Bolsas de trabajo" en los sindicatos, en la Municipalidad, en la Iglesia etc. cómo leer el diario y buscar en los avisos clasificados, cómo presentarse a una primera entrevista, cómo realizar un curriculum y hacer valer la experiencia previa (los jóvenes de los barrios carenciados suelen empezar a trabajar desde muy chicos ayudando a sus padres o familiares en diferentes tareas. Esto como queda inmerso en el ámbito de lo familiar no lo suelen valorar como experiencia laboral) Se visitan lugares de trabajo como una panadería, una imprenta, un diario etc. Se organizan campeonatos de fútbol con jóvenes de otras Escuelas con la ayuda del Club del Barrio y la Secretaria de Deporte de la Municipalidad. El objetivo aquí es que aprendan a gestionar (algo que les cuesta muchísimo) a atenerse a las normas, las restricciones, los horarios, el cumplimiento de tareas, a prevenir escenas de violencia etc. que les demanda la organización del Torneo y el llevarlo a cabo. El éxito del mismo depende del cumplimiento de dichas reglas por lo cual están fuertemente motivados a hacerlo.
Dos veces al año se llevan a cabo Jornadas Comunitarias en la Plaza del Barrio donde se invitan a todas las instituciones del Barrio a realizar tareas o a estar presentes con alguna actividad. Así en la última Jornada estuvieron presentes los micrófonos de la Radio de la Capilla con jóvenes que hacían reportajes acerca del Barrio, opiniones y proyectos de los vecinos, el Comedor infantil de Caritas con un stand de ventas de tortas y bebidas, la Cooperadora de la Escuela con venta de helados, el Taller Cultural de la Municipalidad con sede en el Barrio y que implementaron Talleres de Títeres, comparsa y música.
Los jóvenes llevaron a cabo Talleres junto con los Psicólogos Sociales como por ejemplo "Armando barriles con mi familia" donde se les entregaba los materiales y la consigna era hacer barriletes y remontarlos pero con la familia. Otro taller era "Dibujo mi barrio" Las mujeres pusieron un inmenso papelógrafo para escribir frases allí debajo del titulo "Sueños para el 2000" Los títeres actuaban un guión sobre violencia. Los cantantes espontáneos podían subir al escenario y cantar. Y finalizamos con un baile popular en la misma plaza.
El objetivo de estas Jornadas comunitarias es poder efectivizar y fortalecer cada vez mas la red de instituciones barriales. Creemos que la Escuelas de los barrios carenciados deben operar como Centros Comunitarios y la complejidad de las problemáticas que enfrenta la Escuela no las puede resolver sola. Deben confluir a colaborar con ella en tareas comunitarias el Municipio, las organizaciones comunitarias, los grupos religiosos, las instituciones educativas de nivel superior terciarias y universitarias, las O.N.G. etc.
Acerca de la intervención
A partir de lo expuesto es importante pensar que el abordaje de sujetos que se hallan posicionados en el campo de la marginación tenga en cuenta que de lo que se trata es de incidir transformadoramente en su esquema referencial, en sus modelos de percibir y organizar la realidad, de valorar positivamente o negativamente determinados aspectos de su mundo, incidir en su forma de pensar, transformar sus esquemas de respuestas afectivas a determinados estímulos y sus modos de operar, accionar o solucionar conflictos que el mundo les presenta.
La modificación de los habitus o esquemas referenciales de los sujetos no es tarea sencilla. Requiere de un proceso de practicas sociales, vinculares, simbólicas y materiales que le permitan al marginado acceder a desestructurar su esquema referencial y volver a estructurarlo. Esta desestructuración desencadenará, en él, inevitablemente una crisis. Gramsci dice que la crisis es "cuando lo viejo a muerto y lo nuevo no ha nacido aun". Sostener el proceso de cambio de un joven marginado va a implicar inevitablemente sostenerlo y acompañarlo en el atravesamiento de sus crisis. Es necesario significar estas crisis como vitales y no como signos de enfermedad.
E. Pichón Riviere dado su interés por la subjetividad moderna que es una subjetividad desafiada a constantes cambios siempre le ha dado suma importancia a comprender las vicisitudes subjetivas de los procesos de cambio. El centra su mirada en el hecho que la desestructuración del esquema referencial como inicio de todo cambio promueve una serie de vivencias subjetivas dolorosas que reactivan los miedos básicos que son el miedo a la perdida de lo conocido y el miedo al ataque de lo nuevo. Como lo señala la sabiduría popular "mas vale demonio conocido que ángel por conocer".
El momento de la crisis se caracteriza por una vivencia de soledad, inermidad y desinstrumentación para abordar la realidad , momento de ansiedad, confusión y de incremento de los miedos. Es un momento regresivo que requiere mas que nunca un apoyo vincular que reafirme el proyecto y la legitimación de las experiencias subjetivas por las cuales esta atravesando.
En "La noción de tarea en psiquiatría" (9) E. Pichón Riviere señala que el momento de la crisis es la antesala de todo cambio estructural subjetivo y se caracteriza por:
- incremento de las ansiedades de perdida y ataque
- Se distancia lo real de lo fantaseado. Se incrementa la emergencia fantasmática
El otro no es alguien diferente sino que tiene un valor fantasmático y
transferencial importante.
- Se agudiza la contradicción entre el proyecto (de cambio) y la resistencia al cambio.
- Como salida puede surgir la impostura y los mecanismos de postergación que ocultan su impotencia frente al cambio y que se expresan muchas veces con actividades que solo tienen el sentido de hacer pasar el tiempo y que en rigor no implican iniciar y terminar ninguna tarea.
- Se disocia lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace. Mucho de lo que el sujeto en crisis hace tiene mas valor de "acting" que de acto voluntario consciente.
- Vive con extrañeza las situaciones vitales de su cotidianidad. Hay una perdida de sentido de lo que enfrenta o vive.
- Pierde una percepción global de su ubicación como sujeto
- No puede elaborar estrategias ni planificar un proyecto de vida.
Todas estas características propias de un sujeto en crisis comienzan a revertirse cuando el sujeto a partir de un sostén vincular y de una praxis social compleja puede volver a reestructurar aunque sea mínimamente su esquema referencial.
Todo este proceso no es posible realizarlo sin una participación activa del sujeto y sin que los otros significativos de su entorno social o institucional lo contengan, reconozcan y reafirmen en su diferencia.
E. Pichón Riviere siempre le otorgó una importancia fundamental a la posibilidad de ocupar un rol social activo. El tuvo como psiquiatra una precoz experiencia como Director de la sala de adolescentes del Hospicio de Las Mercedes en Buenos Aires siendo un psiquiatra recién recibido cuando formó a un grupo de sus pacientes como enfermeros y estos se constituyeron en excelentes colaboradores. La consecuencia de ello fue un incremento de los signos de salud de estos pacientes psiquiátricos que pasaron a ejercer un rol de responsabilidad frente a sus antiguos compañeros con el reconocimiento y valorización de su Director.
Las intervenciones desde la Psicología social son de incidencia microsocial. Pueden parecer como un mero paliativo frente a una problemática macrosocial. Como lo señala M.Foucault las problemáticas macro se reproducen generalmente en la microfísica, en las "venas capilares" de una sociedad como son sus vínculos y relaciones intersubjetivas. Sabemos ya a esta altura de la historia que una sociedad
puede realizar un gran cambio a nivel macro y que nada cambie en las instituciones y las relaciones entre los hombres y mujeres de ese país manteniéndose los privilegios, la desigualdad, la injusticia, el autoritarismo etc.
Aun cuando se lleve a cabo un cambio a nivel macro (propio de la estrategia política) va a ser necesario, de todos modos, producir transformaciones en las subjetividades y en las redes vinculares en los que Foucault ha denominado la microfísica del poder.
Esta apuesta a la transformación social a través de una incidencia microsocial puede sonar utópica pero quiero recordar lo que Eduardo Galeano, poeta uruguayo señala acerca de la utopía. La utopía dice este autor es como el horizonte, uno avanza dos pasos y éste se aleja dos pasos, uno avanza un kilometro y el horizonte se aleja un kilometro, la utopía sirve para eso para avanzar.

Notas:
(1) Siempre pensé que E. Pichón Riviere debía por lo menos parte de su agudeza profesional al hecho de pertenecer a esa marginalidad lucida que fue la vanguardia intelectual de la primera mitad del siglo XX en la Argentina
(2) La comunidad suele darse soluciones alternativas que no forman parte de los instituidos sociales como el Club del Trueque por ejemplo que se sitúa "al margen" del sistema de comercialización capitalista.
(3) Beatriz Sarlo: "Una modernidad periférica" Buenos Aires 1920 y 1930. Nueva Vision. Buenos Aires 1988
(4) Porteña es un termino que define a la ciudad de Buenos Aires por ser un puerto
(5) en términos de Reichenbach tal como lo plantea en su libro "Experience and Prediction" (1938)
(6) B.Kliksberg "Pobreza, un tema impostergable" Fondo de Cultura Económica México 1993.
(7) a cargo de la Psicóloga Social Teresa Olivieri
(8) a cargo del Operador en Psicología Social Eduardo Adamson
(9) E. Pichón Riviere : "La noción de tarea en psiquiatría" de "El Proceso Grupal" Nueva Vision 1987

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lunes, 4 de febrero de 2013

El proceso grupal (Prólogo) - E.P. Rivière

Enrique Pichon Rivière

Connaissance de la mort.
Je te salue
mon cher petit et vieux
cimetiere de ma ville
où j`appris à jouer
avec les morts
C`est ici où j`ai voulu
me reveler le secret de
notre courte existence
à travers les ouvertures
d`anciens cercueils solitaires.
E. Pichon Rivière

El sentido de este prólogo es el de esclarecer algunos aspectos de mi esquema referencial indagando su origen y su historia, en busca de la coherencia interior de una tarea que muestra en estos escritos, de temática y enfoques heterogéneos, sus distintos momentos de elaboración teórica.
Como crónica del itinerario de un pensamiento, será necesariamente autobiográfico, en la medida en que el esquema de referencia de un autor no se estructura sólo como una organización conceptual, sino que se sustenta en un fundamento motivacional, de experiencias vividas. A través de ellas, construirá el investigador su mundo interno, habitado por personas, lugares y vínculos, los que articulándose con un tiempo propio, en un proceso creador, configurarán la estrategia del descubrimiento.
Podría decir que mi vocación por las Ciencias del Hombre surge de la tentativa de resolver la oscuridad del conflicto entre dos culturas. A raíz de la emigración de mis padres desde Ginebra hasta el Chaco, fui desde los cuatro años testigo y protagonista, a la vez, de la inserción de un grupo minoritario europeo en un estilo de vida primitivo. Se dio así en mí la incorporación, por cierto que no del todo discriminada, de dos modelos culturales casi opuestos. Mi interés por la observación de la realidad fue inicialmente de características precientíficas y, mas exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo una metodología científica a través de la tarea psiquiátrica.
El descubrimiento de la continuidad entre sueño y vigilia, presente en los mitos que acompañaron mi infancia y en los poemas que atestiguan mis primeros esfuerzos creativos, bajo la doble y fundamental influencia de Lautréamont y Rimbaud, favoreció en mí, desde la adolescencia, la vocación por lo siniestro.
La sorpresa y la metamorfosis, como elementos de lo siniestro, el pensamiento mágico, estructurado como identificación proyectiva, configuran una interpretación de la realidad característica de las poblaciones rurales influidas por la cultura guaraní, en las que viví hasta los 18 años. Allí toda aproximación a una concepción del mundo es de carácter mágico y está regida por la culpa. Las nociones de muerte, duelo y locura forman el contexto general de la mitología guaraní.
La internalización de estas estructuras primitivas oriento mi interés hacia la desocultación de lo implícito, en la certeza de que tras todo pensamiento que sigue las leyes de la lógica formal, subyace un contenido que, a través de distintos procesos de simbolización, incluye siempre una relación con la muerte en una situación triangular.
Ubicado en un contexto en el que las relaciones causales eran encubiertas por la idea de la arbitrariedad del destino, mi vocación analítica surge como necesidad de esclarecimiento de los misterios familiares y de indagación de los motivos que regían la conducta de los grupos inmediato y mediato. Los misterios no esclarecidos en el plano de lo inmediato (lo que Freud llama "la novela familiar") y la explicación mágica de las relaciones entre el hombre y la naturaleza determinaron en mí la curiosidad, punto de partida de mi vocación por las Ciencias del Hombre.
El interés por la observación de los personajes prototipicos, que en las pequeñas poblaciones adquieren una significatividad particular, estaba orientado -aún no conscientemente- hacia el descubrimiento de los modelos simbólicos, por los que se hace manifiesto el interjuego de roles que configura la vida de un grupo social en su ámbito ecológico.
Algo de lo mágico y lo mítico desaparecía entonces frente a la desocultación de ese orden subyacente pero explorable: el de la interrelación dialéctica entre el hombre y su medio.
Mi contacto con el pensamiento psicoanalítico fue previo al ingreso a la Facultad de Medicina y surgió como el hallazgo de una clave que permitiría decodificar aquello que resultaba incomprensible en el lenguaje y en los niveles de pensamiento habituales.
Al entrar en la Universidad, orientado por una vocación destinada a instrumentarme en la lucha contra la muerte, el enfrentamiento precoz con el cadáver -que es paradójicamente el primer contacto del aprendiz de médico con su objeto de estudio- significó una crisis. Allí se reforzó mi decisión de trabajar en el campo de la locura, que aún siendo una forma de muerte, puede resultar reversible. Las primeras aproximaciones a la psiquiatría clínica me abrieron el camino hacia un enfoque dinámico, el que me llevaría progresivamente, y a partir de la observación de los aspectos fenoménicos de la conducta desviada, al descubrimiento de elementos genéticos, evolutivos y estructurales que enriquecieron mi comprensión de la conducta como una totalidad en evolución dialéctica.
La observación, dentro del material aportado por los pacientes, de dos categorías de fenómenos netamente diferenciables para el operador: lo que se manifiesta explícitamente y lo que subyace como elemento latente, permitió incorporar en forma definitiva a mi esquema de referencia la problemática de una nueva psicología que desde un primer momento tendería hacia el pensamiento psicoanalítico.
El contacto con los pacientes, el intento de establecer con ellos un vínculo terapéutico confirmó lo que de alguna manera había intuido; que tras toda conducta "desviada" subyace una situación de conflicto, siendo la enfermedad la expresión de un fallido intento de adaptación al medio. En síntesis, que la enfermedad era un proceso comprensible.
Desde los primeros años de estudiante trabajé en clínicas privadas, adquiriendo experiencia en el campo de la tarea psiquiátrica, en la relación y convivencia con internados. Ese contacto permanente con todo tipo de pacientes y sus familiares me permitió conocer en su contexto el proceso de la enfermedad, particularmente los aspectos referentes a los mecanismos de segregación.
Tomando como punto de partida los datos que sobre estructura y características de la conducta desviada me proporcionaba el tratamiento de los enfermos, y orientado por el estudio de las obras de Freud, comencé mi formación psicoanalítica. Esta culminó, años más tarde, en mi análisis didáctico, realizado con el Dr. Garma.
Por la lectura del trabajo de Freud sobre "La Gradiva" de Jensen tuve la vivencia de haber encontrado el camino que me permitiría lograr una síntesis, bajo el común denominador de los sueños y el pensamiento mágico, entre el arte y la psiquiatría.
En el tratamiento de pacientes psicóticos, realizado según la técnica analítica y por la indagación de sus procesos transferenciales, se hizo evidente para mí la existencia de objetos internos, múltiples "imago", que se articulan en un mundo construido según un progresivo proceso de internalización. Ese mundo interno se configura como un escenario en el que es posible reconocer el hecho dinámico de la internalización de objetos y relaciones. En este escenario interior se intenta reconstruir la realidad exterior, pero los objetos y los vínculos aparecen con modalidades diferentes por el fantaseado pasaje desde el "afuera" hacia el ámbito intrasubjetivo, el "adentro". Es un proceso comparable al de la representación teatral, en el que no se trata de una siempre idéntica representación del texto, sino que cada actor recrea, con una modalidad particular, la obra y el personaje. El tiempo y el espacio se incluyen como dimensiones en la fantasía inconsciente, crónica interna de la realidad.
La indagación analítica de ese mundo interno me llevó a ampliar el concepto de "relación de objeto", formulando la noción de vínculo, al que defino como una estructura compleja, que incluye un sujeto, un objeto, su mútua interrelación con procesos de comunicación y aprendizaje.
Estas relaciones intersubjetivas son direccionales y se establecen sobre la base de necesidades, fundamento motivacional del vínculo. Dichas necesidades tienen un matiz e intensidad particulares, en los que ya interviene la fantasía inconsciente. Todo vínculo, así entendido, implica la existencia de un emisor, un receptor, una codificación y decodificación del mensaje. Por este proceso comunicacional se hace manifiesto el sentido de la inclusión del objeto en el vínculo, el compromiso del objeto en una relación no lineal sino dialéctica con el sujeto. Por eso insistimos que en toda estructura vincular -y con el término estructura ya indicamos la interdependencia de los elementos- el sujeto y el objeto interactúan realimentándose mutuamente. En este interactuar se da la internalización de esa estructura relacional, que adquiere una dimensión intrasubjetiva. El pasaje o internalización tendrá características determinadas por el sentimiento de gratificación o frustración que acompaña a la configuración inicial del vínculo, el que será entonces un vínculo "bueno" o un vínculo "malo".
Las relaciones intrasubjetivas, o estructuras vinculares internalizadas, articuladas en un mundo interno, condicionarán las características del aprendizaje de la realidad. Este aprendizaje será facilitado u obstaculizado según que la confrontación entre el ámbito de lo intersubjetivo y el ámbito de lo intrasubjetivo resulte dialéctica o dilemática. Es decir, que el proceso de interacción funcione como un circuito abierto, de trayectoria en espiral, o como un circuito cerrado, viciado por la estereotipia.
El mundo interno se define como un sistema, en el que interactúan relaciones y objetos, en una mútua realimentación. En síntesis, la interrelación intrasistémica es permanente, a la vez que se mantiene la interacción con el medio. A partir de las cualidades de la interacción externa e interna, formularemos los criterios de salud y enfermedad.
Esta concepción del mundo interno, y la sustitución de la noción de instinto por la estructura vincular, entendiendo al vínculo como un protoaprendizaje, como el vehículo de las primeras experiencias sociales, constitutivas del sujeto como tal, con una negación del narcisismo primario, conducían necesariamente a la definición de la psicología, en un sentido estricto, como psicología social.
Si bien estos planteos surgieron en una praxis y están sugeridos, en parte, en algunos trabajos de Freud (Psicología de las masa y análisis del yo), su formulación implicaba romper con el pensamiento psicoanalítico ortodoxo, al que adherí durante los primeros años de mi tarea, y a cuya difusión había contribuido con mi esfuerzo constante. Pienso que esa ruptura significó un verdadero "obstáculo epistemológico, una crisis profunda, cuya superación me llevó muchos años, y que quizás se logre recién hoy, con la publicación de estos escritos.
Esta hipótesis parecería confirmada por el hecho de que, a partir de la toma de conciencia de las significativas modificaciones de mi marco referencial, me volqué más intensamente a la enseñanza, interrumpiendo el ritmo anterior de mi producción escrita. Sólo en 1962, en el trabajo sobre "Empleo del Trofanil en el tratamiento del grupo familiar", en 1965 con "Grupo operativo y teoría de la enfermedad única" y en 1967 con "Introducción a una nueva problemática para la psiquiatría", logro una formulación más totalizadora de mi esquema conceptual, si bien algunos aspectos fundamentales se relacionan entre sí, y muy escuetamente, recién en "Propuestas y metodología para una escuela de psicólogos sociales" y "Grupo operativo y modelo dramático", presentados respectivamente en Londres y Buenos Aires, Congreso Internacional de Psiquiatría Social y Congreso Internacional de Psicodrama, en el año 1969.
La trayectoria de mi carrera, que puede describirse como la indagación de la estructura y sentido de la conducta, en la que surgió el descubrimiento de su índole social, se configura como una praxis que se expresa en un esquema conceptual, referencial y operativo.
La síntesis actual de esa indagación puede señalarse por la postulación de una epistemología convergente, según la cual las ciencias del hombre conciernen a un objeto único: "el hombre - en - situación" susceptible de un abordaje pluridimensional. Se trata de una interciencia, con una metodología interdisciplinaria, la que funcionando como unidad operacional permite un enriquecimiento de la comprensión del objeto de conocimiento y una mútua realimentación de las técnicas de aproximación al mismo.

Enrique Pichon Rivière
(en "El Proceso Grupal", 1971)